Hace tiempo que la moda, mejor ¨lo que está de moda¨, ha cruzado el límite del sentido común, y parece metida en una carrera hacia el más difícil todavía, o el todo vale. No entiendo la ropa interior al aire, por muy chula y cara que sea, ni, por ejemplo, el curioso fenómeno del encogimiento de la falda femenina, que ha pasado por diversos estadios: de maxi a mini; de mini a cinturón ancho; de cinturón ancho a desaparecer, para ser sustituida por una camisa larga y flojita, combinada con un cinturoncito colgante y una medias -o unos leggins- que, a medida que avanza el tiempo y la estación, se hacen menos tupidas hasta, auguro que en un futuro próximo, desaparecer también. No soy muy carca, pero no lo pillo.
Como este blog va de libros, en lugar de escribir sobre el tema, prefiero enlazar esta entrada: Pintas, en Cosas que (me) pasan. La mejor frase del post: ¨Por supuesto cosas como enseñar los calzoncillos, el tanga o llevar camisetas enseñando el sujetador me parecen asquerosas. ¿Por qué tengo que ver tu ropa interior? ¿Te enseño yo mis caries? ¿Qué va a ser lo próximo?, ¿presentarme a tus pelotillas del ombligo?¨. No tiene desperdicio.
30 de mayo de 2009
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Ion, lo mejor del artículo es lo del final:
ResponderEliminar"desde aquí te digo que no tienes ni idea de toros y que al tío que iba a contigo no te lo beneficias ni de coña. Cuando te fuiste al baño dijo: en qué momento se me ocurrió traerme a esta tía."
Jajaja, qué cachonda...Un abrazo!!
Ya se sabe, el sentido común es el menos común de los sentidos. Veo que tus lecturas se están retrasando. ¿Agobiado en el trabajo?
ResponderEliminarUn saludo
Claramente eres de otra época, deberías haber nacido a principios de siglo, todo el mundo ahí tapadito, no vaya a ser que tengamos un problema.
ResponderEliminarNo juzgues y no serás juzgado.
gracias por el enlace.
ResponderEliminarVaya, estoy comprobando que las entradas que mejor funcionan son las que no van de libros. Y todavía van mejor si lo que hago es enlazar a otros.
ResponderEliminar-
Drulo: visita ese blog de vez en cuando y te echarás unas risas.
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Hilario: estoy a punto de acabar uno. ¿Agobiado en el trabajo? ¡No, ni de coña!
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José: claramente soy de otra época: de la década de los 70: el mundo va muy rápido y a veces me entran ganas de bajarme.
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Molinos: de nada. Lo bueno es bueno y hay que promocionarlo.
Yo soy bastante joven, pero desde luego no es mi forma de vestir. Sólo miro a esas chicas para decir: yo eso no me lo pondría, pero no me escandalizan ni me molesta.
ResponderEliminarY si no te gusta, no lo mires, ¿no?
¿o es que los hombres no pueden evitar mirar??? entonces el problema no sería de la ropa...
Opino que si tú vas bien y estás a gusto con tu forma de vestir, acutar, y de estar en general en cualquier situación, ¿qué más te da lo que anden haciendo los demás, siempre que no te afecte directamente??
Me parece excelente la entreda. Concuerdo plenamente con Ion, a pesar de ser temporalmente más joven (que no quiere decir que lo sea en otros sentidos). Sólo una corrección: la palabra es "leggings".
ResponderEliminar¡Uy, Isi! Te noto un poco ¨hostilizada¨ (dime que no). El problema no es si me gusta o no, simplemente es algo que no entiendo y me llama la atención (y, si te soy sincero, procuro no mirar, porque no me gusta, y porque vaya a ser que se lo pongan para eso y les esté entrando al juego). ¿Es o no interior? Pues si es interior, no la exterioricemos (lo mismo vale esto para la ropa que para los sentimientos: me parece tan cutre un calzoncillo al aire como una pseudo-famosa contándonos sus intimidades en directo).
ResponderEliminar-
Hola Jaime, gracias por la observación.
¿Ion, dónde quedó aquel muchacho navarrico que escuchaba a los Planetas? Menos mal que me tienes a mí para no caer en una espiral de "carrocerismo avanzado".
ResponderEliminarRecuerda, "los modernos son los demás".
Ion, con tu permiso porque este tu blog voy a comentar una cosita.
ResponderEliminarIsi y José Carazo, no se trata de prohibir a la gente que vista como quiera. Me da igual, que hagan lo que quieran, pero yo comento que no me gusta.
Yo desde luego si entrevisto a alguien para un curro y viene enseñandome los calzoncillos, el tanga o con los zapatos sucios y la camista roída no le doy el curro. Y no me vengáis con que a lo mejor es el más válido y me lo pierdo por el aspecto. Yo no digo que venga de traje y afeitado y perfecto pero un pelín de respeto si.
Pero vamos, por lo demás cómo si van en bolas.
NO estoy hostilizada, jeje, la palabra me ha gustado, por cierto.
ResponderEliminarPero mira: precisamente a mí me gustan que vayan todas igualitas con sus leggins y sus superminifaldas porque así por lo menos ya sabes cómo van a ser.
Como dice molinos, si alguien se presenta de esa guisa en una entrevista de trabajo, puedes tener una idea de cómo se lo está tomando y cómo se tomará su trabajo. La gente debe de saber cómo estar en cada situación pero, si no saben, es su problema, no el tuyo.
Así por lo menos sabemos de qué pie cojeamos cada uno, no? Pero desde luego no me parece mal que lo lleven, cada persona sabe cómo quiere que el resto del mundo la vea, los demás sólo podemos sacar conclusiones.
Pero no puede molestarte!
¡Gran ambiente! Por partes.
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H.: aquel ¨muchachico¨ sigue dentro.
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Molinos: puedes comentar todo lo que quieras.
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Isi: me alegra que no estés ¨hostilizada¨. La palabra es bastante chula y se la he robado a Molinos. En tu comentario escribes una frase que da en el clavo: ¨(...) cada persona sabe cómo quiere que el resto del mundo la vea, los demás sólo podemos sacar conclusiones¨. Esa es la pregunta, ¿cómo quieres que te vean? Todos/as deberíamos tener claro que con el modo de vestir transmitimos un mensaje, decimos qué somos, cómo nos vemos y qué queremos. Y, lógicamente, los demás actúan en consecuencia. Por poner un ejemplo entre muchos posibles, no puedes ir vestido/a de golfo/a y sorprenderte de que te traten como un/a golfo/a. O, como dice Molinos, si quieres que te den el curro, no vayas a la entrevista vestido como si te acabaras de levantar de la cama.
No aspiro a que me den un sillón con una letra del alfabeto sobre mi cabeza, pero debo salir en defensa del idioma. Ion, la expresión "todos", el verbo que le sigue y el adjetivo que la califica incluyen genérica e indiferenciadamente a hombres y mujeres, como ocurre cada vez que el masculino incluye al femenino. La ideología de genéro ha creído ver discriminación en el término omnicomprensivo ahí donde no la hay. En algunos países, por ejemplo, la ley ha dicho esto expresamente, aun cuando no hacía falta que el legislador se ocupase de tales menesteres sintácticos (como tampoco que, en las nuevas leyes, se repita insistentemente, una y otra vez, la misma palabra en los dos géneros). En todo caso, el caso que conozco es el de un Código Civil compuesto por un versado gramático.
ResponderEliminar¡Olé! ¡Que grande eres Jaime! Necesitábamos a alguien que nos puntualizará, para no creernos que escribimos perfectamente.
ResponderEliminarCaro Jaime: si lo llego a saber no te doy la dirección de mi blog :)
ResponderEliminarYo tampoco entiendo las modas pero bueno, soy feliz con esa que hay ahora de las camisetas largas y anchas (así escondo mi culitojejeje). El libro pinta bien y divertido sobre todo. Interesante.
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