Libros para el verano

He decidido unirme al fenómeno de libros-para-leer-en-verano que se produce en estos días. No se a ti, pero estas listas (sobre todo su hiperabundancia) me generan un poco de ansiedad. Además, creo que el fenómeno parte de una premisa no del todo verdadera: que en verano uno tiene más tiempo para leer que durante el resto del año. Creo que esto sólo se cumple para los estudiantes (buenos). Por encima de los veintitrés, el tiempo de más que se supone que tienes en verano lo debes dedicar a otras cosas: niños, familia que no ves hace meses, vacaciones, limpiezas extraordinarias, carnet de conducir, preparar el curso que viene, etc. Todas ellas muy agradables, of course.
En fin, si estás por debajo de los veintitrés o te organizas bien, quizá te sirva esta lista que me pasó mi hermana hace unos días. De todos, he leído solamente El día de la lechuza, de Leonardo Sciascia, que es un temazo, y estoy con La fórmula preferida del profesor, de Yoko Ogawa, que va bastante bien. Y he comprado ya El sol de los Scorta (Salamandra) y La tercer virgen (Siruela), que en algún momento aparecerán por el blog.