Un comentario buenísimo sacado de un blog, no recuerdo de cuál (si el autor -mbi- pasa por aquí y lo reconoce, que lo reclame): «Sí, hay autores que masticas en cada página y luego... pareces huérfano cuando acabas». No me atrevo a nombrar ninguno, pero sí a decir que algo falta en la vida de alguien que no haya experimentado nunca esa sensación.
Actualización. A los 45 minutos de publicarse la entrada, un comentario me sugiere hacer una lista de autores masticables y propone el primero: Dostoievsky. No me parece mala idea. Quizá sería interesante proponer autor masticable y obra para masticar. Propongo una autora: Edith Wharton, y dos obras suyas: Ethan Frome y La edad de la inocencia.
Actualización (17/09/08). Creo que he localizado a mbi: la podéis encontrar aquí. Lo que todavía no se es en qué blog leí el comentario que da origen a este post. Probablemente es una idiotez, pero es divertido forzar y rebuscar en la memoria: pasar de la vaga sensación a la certeza.
11 de septiembre de 2008
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Podemos hacer una lista de autores masticables.
ResponderEliminarPropongo el primero:Dostoievsky
Tú me recomendaste "Ethan Frome" y lo leí cuando tenía 17 años. Es verdad que lo recuerdo como uno de los libros que más tiempo tuve en el estómago
ResponderEliminarSe me olvidaba: de Dostoievsky recomiendo para masticar "El idiota"
ResponderEliminarSi no has leido la autobiografía de Edith Warton, me la pides. Más que en el estómago se queda prendido en la lengua
ResponderEliminarPropongo para ser "masticado y saboreado" a Wilkie Collins ahora que están reeditando muchas de sus obras en bolsillo. Empezad por "La dama de blanco" como aperitivo ;)
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Cutimarela: lo añado en la lista y cuando tenga unos cuantos hago un post. Un saludo
ResponderEliminarHay autores que se mastican pero saben a diferentes cosas. Juan José Millás me sabe a fruta, y al mascar es siempre fresco y un tanto crujiente. García Márquez es como un pastel de hojaldre, se te pueden caer trocicos y cuando te fijas y te los comes tienes la sensación de plenitud. Uno de mis sabores favoritos es Kafka, porque (como el cerdo agridulce) al principio cuesta pero al final te encanta.
ResponderEliminarA lo mejor se me ha ido la cabeza un poco.
Pd: Saramago es marisco, porque necesita trabajo pero es inigualable.
Pd2: No te he comentado hasta ahora por la precariedad de mis conexsiones a la red, pero ahora estoy en un ordenador del colegio y esto ya es otra cosa.
Bienvenido Enrique: tomo nota de tus comentarios. Creo que esto es lo que me gustaría hacer en este blog: hablar de "gusto" que tienen los libros que leo.
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