Para qué negarlo, este blog languidece. No consigo mantener el ritmo, últimamente leo y escribo menos. El motivo es que tengo más trabajo, cosa que no me importa, porque me gusta trabajar y tener trabajo; pero, claro, las aficiones se resienten. Os confieso que en la última semana he tenido un par de tentaciones de cerrar el blog -"ya no lo actualizas con frecuencia", "la gente ya no comenta", "el número de lectores se ha estancado",...-, tentaciones que he rechazado con decisión y con las que no he dialogado, como me enseñaron de pequeñito. Pero es evidente que algo hay que hacer.
Esta entrada no es para que me deis ánimos, ni para excusarme, sino para contaros la primera solución que voy a ensayar: entradas más sencillas y breves, sin demasiado análisis, aunque sí opinando. Con los datos del libro, la portada, un resumen oficial y mi opinión puede quedar una entrada digna. Creo que esto hará más fácil que publique algo cuando acabe un libro, y me permitirá compensar la bajada de ritmo lector con entradas sobre lecturas antiguas, de las que recuerdo poco pero sí puedo opinar.
Si esto no funciona, probaré otra cosa.
Casi mejor que lo cierres ¿no?
ResponderEliminarEl comentario anterior es irónico, Ion. Tus seguidores esperamos con ilusión cada día una nueva entrada. Si no se produce, se alimenta la esperanza. Saludos
ResponderEliminarCaro Donan, gracias por sus comentarios. Me gusta tener el blog; las tentaciones de cerrarlo son eso, tentaciones; y como todas, fruto de la soberbia, en este caso bajo la forma de vanidad.
ResponderEliminarMe gusta la última frase, la usaré.
Flipao
EliminarFlipao
EliminarQuerido Ramón, este blog destila sabiduría :)
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