12 de octubre de 2012

Autobiografía (Acantilado)

Título: Autobiografía
Autor: G. K. Chesterton
Año: 1936
Edición: Acantilado, Barcelona 2003

«Más allá de trazarnos el recorrido vital de su memoria, Chesterton nos abre una ventana al mundo que le tuvo ocupado como periodista y escritor de panfletos—así es como él quería ser recordado—y con el que raramente mantuvo una convivencia pacífica. Chesterton es el hombre visceral, polémico y apasionado, que no dudaba en proclamar de viva voz su denuncia ante un sistema político corrupto y una moral propagandística cuyo telón de fondo era la guerra de los Bóers (la incursión británica en Sudáfrica que tan popular fue entre la sociedad inglesa) y la Primera Guerra Mundial. Su conversión al catolicismo acabó de situarlo en el papel de personaje excéntrico y contestatario. Hoy, por su extraordinaria agudeza intelectual y su brillante habilidad para esgrimir la paradoja como arma de argumentación, Chesterton sigue siendo el estimulante pensador que consiguió mantener, en vilo y al acecho, a miles de lectores» (de la contraportada).

No siempre consigo entender qué está diciendo Chesterton. La razón quizá sea que no entiendo sus famosas paradojas, o que su tendencia a acumular una subordinada detrás de otra hace que me pierda cuando le leo, o que usa muchos sobrentendidos, o que no conozco la época y Chesterton es muy de escribir sobre su época, o...; el caso es que con mucha frecuencia le leo y no sé qué está queriendo decir. Otras veces sí le entiendo, y entonces me hace pensar, o me hace reír y me entran ganas de irme a cenar con él para pasármelo en grande. Chesterton tuvo una vida variada e interesante y vale la pena oír cómo la cuenta. Los capítulos que más me han gustado son los dos primeros, en los que habla de su familia y de su infancia, y el último, en el que explica los motivos de su conversión al catolicismo. Una lectura aconsejable, pero exigente.

5 comentarios :

  1. Sí, la verdad es que lo poco que he leído de Chesterton me ha encantado, tiene un modo muy original de ver las cosas, siempre estimulante. El texto de la contraportada es una definición genial del escritor. Un placer volver por aquí.

    ResponderEliminar
  2. Pues si a veces tú no lo entiendes, no veas yo. Pero me lo tomaré como "consuelo de tontos" y buscaré esas partes en que te entran ganas de irte a cenar con él. (para Juan Manuel de Prada era uno de los gandes y muy actual, puede que pr lo del catolicismo). Me lo llevo.

    ResponderEliminar
  3. Hola Rostard. Perdona el retraso en contestar: líos. Chesterton es, como dices, estimulante. Tengo el proyecto de seguir leyéndole. Un placer volver a verte por aquí.
    -
    Hola Icíar. Te digo lo mismo que a Rostard, perdona el retraso en contestar. Chesterton es de esas cosas que "hay que probar alguna vez". Los relatos policiacos protagonizados por el Padre Brown son excelentes: creo que Chesterton es mejor en textos cortos (relatos, artículos) que en novelas o ensayos largos.

    ResponderEliminar
  4. La leí hace algún tiempo y la disfruté muchísimo. También a mí me cuesta entender algunas cosas, pero sigo adelante o vuelvo atrás según me apetezca. Hay una edición muy buena con los relatos completos del padre Browm que es una auténtica delicia.

    ResponderEliminar
  5. Hola Peke. Lo mismo hago yo: seguir adelante o volver para atrás, sin empeñarme siempre en entender. Conozco esa edición,... y me acabas de dar una idea para los Reyes de este año, que nunca sé qué pedir.

    ResponderEliminar